En
algún momento de nuestras vidas sentimos esas inmensas ganas de tener una
pistola y dispararles sin compasión a los ladrones que nos asechan día a día en
Bogotá. Cuando vemos cómo roban a alguien o cuando somos víctimas de un atraco,
nos sentimos tan vulnerables e impotentes en esa situación que esa idea se nos
cruza por la cabeza, ¿o no?
En
la noche del domingo, cuatro ñeros – hinchas de Nacional- intentaron robarme
mientras me dirigía a mi trabajo en el sector del Salitre. El incidente ocurrió
a una cuadra del club de Agentes de la Policía y ellos ni enterados. Cabe
anotar que es el segundo intento de robo en menos de un mes. Asimismo, ya me tocó
presenciar el robo a un señor en el mismo sector.
Yo
siempre me había preguntado cómo hacían los barristas para viajar por todas las
ciudades detrás de un equipo sin trabajar. Ya, los hinchas de Nacional que
intentaron robarme me sacaron de la duda.
Para los que se lo preguntan: sí, esto ha hecho que se incremente mi odio hacia los barristas, en general (también incluye a los de Santa Fe). Si quieren ver a sus equipos trabajen, como nos toca a todos.
Para los que se lo preguntan: sí, esto ha hecho que se incremente mi odio hacia los barristas, en general (también incluye a los de Santa Fe). Si quieren ver a sus equipos trabajen, como nos toca a todos.
Creo
que haberme criado en un barrio no muy sano me llevó a aprender a conocer a los
ladrones y a esquivarlos. Además, hay que añadirle que gracias al fútbol puedo
correr lo suficientemente rápido como para dejar a los delincuentes y sus
cuchillos lejos de mi cuerpo. Sin embargo, el domingo por poco me agarran. Ahí
la historia hubiera sido otra.
Es
claro que por esta época los ladrones ‘trabajan’ el doble, ya que deben hacerse
lo de la prima y lo de las vacaciones. Así que si los ve por ahí intentando tomar
cosas ajenas: respire profundo, corra lo que más pueda y sueñe con el día en
que tendrá una metralleta y les dirá “chao, ratas”.
Fernando
Castañeda
Ferchito mi hermano Gracias a Dios lo estamos leyendo entonces. Lo mismo de siempre parce, q pereza. Pero ya sabe, la vida no tiene precio, hacer la facil y no resistirse, entregar todo, que en si no es nada. Todos los dias nace un sol esperando por nosotros.
ResponderEliminarGracias, Timo. Qué buenas palabras.
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