martes, 2 de octubre de 2012

La solapadez


Aunque esta palabra no existe en el diccionario de la Real Academia Española (RAE), considero que es la más acorde para definir un aspecto que tenemos todos, sí todos, incluido usted, así no sea en alguno de los casos que mencionaré más adelante.

Y no se ofenda, mi intención no es esa, pero en el fondo todos tenemos algo de solapados, que según la RAE es la persona que por costumbre oculta maliciosa y cautelosamente sus pensamientos.

A menudo veo cómo, tal vez por presión de la sociedad, negamos cosas que en el fondo nos encantan. Por ejemplo: en las redes sociales abundan los ‘antireguetoneros’; se ven a menudo publicaciones en Facebook y tuits en los que insisten que es una música vulgar, que debería ser sacada de las emisoras, que insita al sexo (lo que no me parece malo), etcétera, etcétera.

Sin embargo, he visto a una gran mayoría que critica este genero musical partirse las caderas en las discotecas y cantar a 'grito herido' las letras de las canciones de reguetón, porque se las saben y completicas. Entonces, ¿a qué jugamos?

También he visto cómo muchos hablan del sexo como si fuera algo de otro planeta, algo que a nadie le gusta y que solo está diseñado para procrear y no para dar y recibir placer.

Un día entré a un ‘sex-shop’- a averiguar un encargo- y lo admito: sentí pena que me vieran entrar. Sentía pavor que algún conocido pasara por ese lugar y pensara que era un degenerado o algo así.


Ya dentro de la tienda me relaje un poco, pero notaba que los transeúntes que pasaban por el lugar me miraban de una manera rara, como si estuviera cometiendo un delito, sus ojos reflejaban: “¿ese muchacho tan joven que hace ahí?”.

 Me sentía intimidado con todas esas miradas, lo que me llevó a pensar en la doble moral que nos rodea. Todos disfrutamos del sexo de alguna manera y eso no tiene nada de malo.

Caso similar sucede con la masturbación, muchos utilizan esta práctica como objeto de burla, piensan que las personas que sienten placer con este método son las solitarias, las que no son capaces de conseguir una pareja y no es así, incluso, estudios revelan que masturbarse trae beneficios para el ser humano.

Además, es muy común oír las posiciones sobre el aborto y la legalización de las drogas. Muchos de los que se oponen a estos temas son de los que cuando hay un retraso en la pareja se preguntan: ¿qué hacemos? Dejando abierta la posibilidad de interrumpir un embarazo.

Otros son de los que dicen que al legalizar las drogas las calles se van a llenar de ‘marihuaneros’. Pero son de los que contaminan los sitios públicos con el humo del cigarrillo, que hace igual o más daño que algunas drogas.

En fin, todo esto lo escribí para decirles: Qué lindo sería que todos vivieran su vida sin preocuparse por los demás y consecuentes en sus actos y pensamientos.

Fernando Castañeda

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