El oficio de ser periodista, que debe ser considerado una profesión,
va más allá de salir frente a un televisor a decir noticias, de leerlas detrás
de un micrófono en una cabina de radio o de sentarse en un computador a escribir
sobre un acontecimiento.
Ser periodista es tener una relación más cercana con las
personas, sentirse parte de la noticia, estar adentro de ella, no ver los
acontecimientos desde un ‘ladito’ con tal de rellenar la página de un periódico
o un espacio en el noticiero.
El periodista, quien tiene un gran poder en sus manos, debe
apropiarse de la información que posee para ayudar a la sociedad. No es
periodista quien por temor o por órdenes no publica la verdad. En este oficio
la verdad debe prevalecer por encima de todo.
No es periodista quien se sienta a esperar que los hechos
lleguen a él. No es periodista quien espera que otros hagan su trabajo. No es
periodista el que solo hace su trabajo por dinero. No es periodista quien vive
con temor. No es periodista quien no es capaz de ser objetivo. No se es
periodista solo por tener un diploma.
El periodismo está en vía de extinción: hoy solo quedan
presentadores, escritores, literatos, comunicadores, locutores, animadores. Se
pueden contar con los dedos de la mano los verdaderos periodistas que quedan en
los medios de información o comunicación si prefieren llamarlos así.
Muchos quieren ser periodistas para salir en televisión, para
leer chistes (bajados de Google) en las emisoras del país, para llenarse de
fama, para ir a los mejores restaurantes, para viajar por el mundo. Les
informo, el periodismo es mucho más que eso.
En palabras de Ryszard Kapuściński: “Los
cínicos no sirven para este oficio”.
Fernando Castañeda
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